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Cómo pasar el invierno en Canadá y sobrevivir en el intento

|| Cómo pasar el invierno en Canadá y sobrevivir en el intento

Debemos consultar la sensación térmica antes de salir de casa para no darnos una sorpresa


Canadá es un bello país con unos paisajes increíbles, auroras boreales y hasta esquimales (inuit) pero nada de esto sería posible sin un invierno de cerca de cinco meses (noviembre-marzo). Hoy en día es muy fácil vivir en esas condiciones, sólo tendremos que prepararnos y seguir una serie de pasos.


La mejor ciudad para soportar el invierno es Vancouver porque, a pesar de que nieva, no baja tanto la temperatura. Los inviernos más fuertes están al norte del país aunque, por los vientos, en Quebec suele haber temporales de nieve todos los años y pueden ser muy duros aún te encuentres tan al sur como en Montreal. Las temperaturas suelen ser inferiores en enero y febrero a las de los últimos meses del año.


El viento hace caer la sensación térmica, que es la que tendremos que tener en cuenta en todo momento. A -20ºC una brisa de 15Km/h baja esta temperatura diez grados y nos pone en riesgo de hipotermia en la piel expuesta en menos de media hora; a -25ºC, con un viento de 35Km/h, la sensación térmica baja quince grados y en diez minutos ya sufriremos hipotermia. En los peores días de tormenta de nieve los vientos pueden superar los 90Km/h, en los que la visibilidad es una marea blanca y hasta los canadienses se quedan a veces en casa.


| Moviéndose en invierno

Usar bicicleta o moto en invierno es imposible por el hielo y la nieve así que debes disponer de coche propio o usar el trasporte público. Los buses a menudo se demoran por el estado de la carretera así que esperar en una parada puede ser una sensación muy desagradable tras veinte minutos soportando temperaturas bajo cero. Una vez subas a bordo tal vez te sorprenda ver placas de hielo cubriendo las ventanas por dentro ya que la humedad condensada se congela.


Si dispones de auto propio, debes equiparte para el invierno aún si sólo quieres sacarlo del aparcamiento. La nieve que se acumula un palmo sobre tu jardín también lo hará sobre tu vehículo y la de abajo se convertirá en hielo. Incluso si apenas hace cero grados, la lluvia puede cubrir de una capa helada toda la carrocería (chapa). Así que disponer de un cepillo, una rasqueta rompehielo y una garlancha o pala es necesario. Ayuda encender la calefacción un rato antes de nada; conducir temblando de frío es algo que no le recomiendo a nadie. Si vas a aparcar en la calle durante el tiempo que vas a estar trabajando, llevar estos útiles en el maletero (baúl) puede ser la diferencia entre quedarte tirado y volver a casa. También deberás llevar un kit de emergencia por si acaso. Hay gente que instala un tempo o carpa temporal sobre su aparcamiento para evitar la nieve.


Debes ser muy prudente al manejar y dejar más distancia de la habitual entre vehículos, antes de semáforos, ceda el paso y stops; una frenada en nieve necesita de hasta cuatro veces más distancia, en hielo de hasta diez veces. Si no has cambiado tus neumáticos a unos de invierno, que tienen más profundidad de dibujo, estarás haciendo patinaje sobre hielo (en algunas provincias es obligatorio llevarlos ya en diciembre y, si lo haces en taller, el cambio cuesta menos de 100$CA). También debes echar anticongelante al agua del limpiaparabrisas y tener las escobillas en buen estado porque va a ser la única forma de retirar la nieve que cae (o que salta de otros vehículos) mientras estás en ruta. Es bueno hacer un mantenimiento general antes de llegar la estación y cubrir con un spray anticorrosivo (o antigravilla) los bajos del auto y la zona de las ruedas para que no les afecte la sal que se arroja a las calles y también se pega al coche.


Caminar en la calle puede ser una odisea hasta que aprendes a balancear tu peso para que no se te resbalen los pies; un truco está en inclinar el cuerpo hacia la pierna que va más adelantada en cada paso, como hacen los pingüinos. Cuando llueve y ese agua se congela sobre el pavimento, a veces es más seguro deslizarse patinando que caminar como tal. Otro truco para evitar sustos es no caminar cerca de la fachada de los edificios porque uno no sabe cuándo puede caer nieve o un témpano de hielo desde el tejado. Si en algún momento tienes que esperar a alguien, mejor hacerlo dentro de una tienda, una cafetería o en la estación del metro que afuera (en el centro de las ciudades a veces encontrarás calefactores urbanos a gas o estaciones de calor).


| Vestidos para triunfar

Para poder sobrevivir al invierno canadiense es necesario tener buena ropa ya que es importante protegerse todas las partes del cuerpo. Aunque sea un poco fastidioso andarse quitando la ropa al llegar a un lugar con calefacción y ponérsela al salir, es indispensable tener una chaqueta de invierno, botas impermeables con la suela preparada para caminar por el hielo (o unos crampones para acoplarlos) que cuestan en torno a 300$CA, guantes recios de tela e impermeables por dentro, pantalones con forro (también se vende una licra para poner debajo), calcetines altos y gruesos (a ser posible de lana merino para secar el sudor), una bufanda o cualquier otra prenda que proteja cara y cuello, un par de orejeras ya que el frío hace sufrir mucho esa parte y un gorro, incluso para llevarlo bajo la capucha del abrigo.


Hay tres tipos de chaquetas que deberás tener en tu armario: La ligera, que es la que seguramente usarás en tu país y con la que se pueden soportar hasta los cero grados típicos de noviembre. La normal, que está pensada para temperaturas que lleguen a los -20ºC, suele ser impermeable, tener un forro interior y capucha, además de costar en torno a 200$CA si se compra en el país, lo que es mejor porque hay más variedad. Y la madre de todas las chaquetas, que te permite aguantar -40ºC, utiliza telas y aislantes que se diseñaron originalmente para montañismo y trajes espaciales, a un precio desde 300$CA. Las chaquetas de invierno tienen materiales duraderos así que pueden ser usadas durante años sin necesidad de comprar otras. Puedes complementar esto con una camiseta térmica ajustada al cuerpo que deberá estar fabricada con alguno de estos materiales: lana merino, poliéster, polipropileno o poliamida.


Seguro que estarás pensando que todo esto es muy caro (con un sueldo canadiense no tanto) así que te gustará saber que fuera de temporada, en primavera, hay ofertas sobre la ropa de invierno. Todas estas prendas se limpian con lavadora y secadora (no te preocupes por las tuberías porque el agua lleva un anticongelante no-tóxico). También deberás tener unos pares de babuchas tanto para ti como para tus invitados ya que no querrás llenar todo el piso de nieve y un zapatero para guardar las botas. No se trata de llevar mucha ropa sino de llevar la ropa adecuada (por ejemplo el algodón no es una buena opción porque es muy permeable a diferencia de la lana, la pana o el terciopelo). Si debemos pasar mucho tiempo en la calle no debemos olvidar protegernos del Sol aún no podamos verlo, tanto por los rayos ultravioletas sobre la piel como por su daño a los ojos pues la nieve un gran reflectante de luz. Por otro lado, jamás se te ocurra salir a la calle con el pelo mojado o estando sudado si no quieres que tu temperatura corporal se desplome hasta la hipotermia.

Llevar la ropa adecuada para cada temperatura es la clave del éxito en invierno


| Hay más vida afuera de la casa

Los canadienses aún con todo también van a estudiar, al trabajo, salen a comprar, a divertirse. Bien es cierto que para eso primero tienen que retirar la nieve con unas palas bastante grandes, algunos con una máquina (que a la larga se amortiza), para despejar el camino desde la puerta de su casa o la entrada del garaje hasta la carretera. ¡Y también echar sal! Pero como esto lo tienen que hacer igual para no vivir en un iglú, ya aprovechan y hacen cosas fuera.


En las ciudades de Canadá se organizan toda clase de eventos y festivales invernales, de interior y de exterior, para que la gente no se aburra y se mueva. Menos horas de luz, frío, estrés y tendencia a encerrarse acompañado tan sólo del calefactor, es el camino directo a la depresión. Por eso es tan importante abrigar nuestro estado emocional como lo hacemos con el cuerpo y hacer actividades.


A parte de visitar centros comerciales, ver actuaciones, ir al pub y otros que también puedes hacer en tu país, también podrás aprender a patinar con patines de hielo en una de las muchas pistas que se preparan en los parques (en algunos también te puedes tirar en trineo), ver esculturas de hielo, practicar deportes de invierno y, si te encuentras en Quebec, asistir en febrero a les cabanes à sucre (cabañas de azúcar) a probar comida con sirope de arce y bailar. Algo típico de Canadá es comprar un vaso de café con vainilla, literalmente hirviendo, y dejarlo enfriar en la nieve hasta la temperatura deseada. Cuatro festivales invernales que debes conocer son el Festival du Voyageur, en Winnipeg (conciertos, esculturas de nieve y un concurso de disfraces), el Winterlude, en Ottawa (la mayor pista de patinaje del mundo, jazz y esculturas de hielo), el Igloofest, en Montreal (conciertos de música electrónica todos los fines de semana) y el Yukon Sourdough Rendezvous, al norte de Whitehorse (carnaval con conciertos y toda clase de juegos invernales).


| Cuidándose para el invierno

A noviembre hay que llegar vitaminado moral y físicamente. El sol que tomamos durante el verano y el otoño nos servirá para sintetizar toda esa vitamina D que necesitaremos en el invierno, por no olvidar la vitamina B (verduras, frutas, cereales) para reforzar el sistema inmunológico y, de igual forma, tener equilibradas el resto de necesidades de proteínas, vitaminas, etc. nos garantizará mejor salud para esta época de estrés físico. Que haga frío en la calle no es excusa para no hacer ejercicio (además generamos calor haciéndolo) así que prepárate una tabla de ejercicios para interior si no quieres oxidarte.


Es igual de importante mantenernos hidratados aunque no sintamos sed (aunque las calefacciones resecan la garganta y los ojos), reducir el consumo de alcohol y cafeína (que como vasodilatadores aumentan la pérdida de calor corporal), añadir a la dieta alimentos calóricos y bebidas templadas, procurarnos una luz suficiente cuando no la haya natural por el bien de nuestros ojos, usar cremas hidratantes y protectoras para la piel, en especial si nos quemamos con la nieve, y tener mucho cuidado con los ancianos, embarazadas y los niños pequeños, así como con las personas que tengan el sistema inmune deprimido, porque son mucho más sensibles al frío. Llevar contigo pañuelos te será útil ya que esos cambios y la irritación de ojos hará gotear tu nariz, sobre todo si eres alérgico.


Si sueles consumir infusiones puede serte útil saber que la corteza de sauce blanco facilita la respiración (es antiinflamatoria) y la menta descongestiona y facilita la expulsión de mucosidad (porque contiene ácido ascórbico). El eucalipto en vahos posee las mismas propiedades pero no hay que abusar de él porque puede volverse tóxico. En caso de resfríado también es muy recomendable el jengibre, especialmente para la garganta y el estómago. Recuerda: Ninguno de estos sirve de sustituto de fármacos como los antibióticos.


Dentro de casa también es importante ir algo abrigado y no abusar de la calefacción demasiado alta así como disponer de buenas mantas y, siempre que sea posible, no hacer cambios bruscos de temperatura cuando se sale a la calle o al jardín. Si quieres ventilar la casa, hazlo en las horas de más calor y no más de cinco minutos al día, procura que entre todo el sol posible por las ventanas (si nos ven los vecinos al menos que nos vean cómodos) echando las cortinas gruesas en cuanto éste se oculte y cierra las puertas de las habitaciones en las que estés para crear cámaras de calor. Si vemos que aún así hay corriente, podemos pegar unas cintas aislantes (burletes) que venden para los marcos de puertas y ventanas. Para esos momentos destemplados también existen mantas eléctricas (o calientacamas) y las bolsas de agua de toda la vida pero ten cuidado al usarlas porque mucha gente ha tenido quemaduras por accidente. Muchas casas canadienses tienen chimenea y es habitual usarla para calentar la sala pero asegúrate de que el conducto está desollinado para que haya una buena extracción del humo, de abastecerte de leña antes de que caiga la primera gran nevada (si tienes un leñero cubierto mejor), de tener un sistema anti-incendio y de usar un humidificador. Si tu casa no tiene suelo radiante, vístela con alfombras para aislarlo del frío. Si tienes radiadores, purga el aire con la válvula que traen y no los tapes con muebles o cojines o perderás parte del calor; si están colgados en la pared, pegar un panel de fibra aislante (lana mineral no inflamable) al yeso sin tocar el aparato evitará que el calor escape por el muro. Por último, si tienes un ventilador de techo, que sepas que puedes cambiar el sentido de giro o el ángulo de las aspas para que el aire cálido (que asciende hacia el techo) baje mientras el frío se va arriba.


Y lo más importante: No tengas miedo porque si cumples esta guía estarás preparado para todo lo que pueda ocurrir en el invierno de Canadá y vivir como un auténtico canadiense.

 

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